En la segunda parte, Cocksucker vuelve a ser el rey de las gargantas profundas: con la boca abierta, se traga la monumental polla de 23 cm aún más profundo, aún más duro, aún más hambriento. Akim está en trance: gime, suda, parece perdido, totalmente volcado por esta mamada urbana. Un hetero puro, chupado a fondo por el rey de los chupadores gays, descubriendo un placer que su chica nunca podrá darle. La prueba de que la mamada de un tío motivado es otro mundo.