Para un chupapollas apasionado, chupar pollas enormes de todo el mundo es puro placer. Así que cuando este hombre alemán colgado le ofreció su carne y su leche, ¡fue a por ello! El tipo era el típico macho alemán. Tipo grande, cabeza rapada, dominante, caliente. Berlín tenía un montón de chupadores de polla para que él disfrutara. No podía haber elegido mejor hombre para probar la mamada francesa. Le demuestra que el rumor es cierto: a los franceses les encanta hacer mamadas, y aún más recibir mucha leche en la boca. Le hace una de las mejores mamadas de su vida, le pone la polla cachonda como una loca, y sigue drenando hasta la última gota. Por supuesto, no sólo le hará correrse, también le limpiará. ¡Bienvenido a París!